Todos sabemos que ser autónomo tiene unas implicaciones, empezando por el pago de una cuota cada mes y el IVA trimestral. El primero es un gasto fijo que echa atrás a muchos autónomos. La cuota de autónomo es un gasto muy importante, y a diferencia de lo que pasa en otros países no está condicionado por los ingresos del autónomo. Puedes pagar lo mismo si facturas 5.000€ 0 500€, y eso genera dudas en algunos trabajadores por cuenta propia. ¿Merece la pena darse de alta como autónomo si tengo ingresos bajos? Vamos a intentar resolver esta pregunta.
Qué son autónomos con bajos ingresos
En cierto modo, el concepto “bajos ingresos” es algo subjetivo porque lo que para un autónomo son unos ingresos bajos puede ser una buena cantidad para otro trabajador por cuenta propia.
Muchas veces se toma como referencia el SMI, pero no existe ninguna referencia oficial de lo que se puede considerar ingresos bajos. Sí que podemos fijarnos en las diferentes situaciones donde se podrían dar los ingresos bajos, o por debajo del SMI:
- Autónomos que acaban de lanzarse al mercado. Tardarán un tiempo en lograr el nivel de ingresos óptimo, en hacerse con una cartera de clientes relativamente estable que garantice unas ganancias cada mes. Tienen la ventaja de poder aprovechar las ayudas a emprendedores tipo tarifa plana los primeros meses del negocio.
- Freelance obligados. Son profesionales de diversos sectores que trabajan de forma autónoma y que a menudo cuentan con un único cliente que les fuerza a ser autónomos para evitar el coste que le implicaría contratar al freelance.
- Autónomos en crisis. Son los trabajadores por cuenta propia que acumulan meses de pérdidas, en situación de crisis o declive. Han vivido tiempos mejores, pero sus ingresos se vienen reduciendo. Aquí podemos incluir los autónomos zombies, aquellos que funcionan gracias a las subvenciones públicas.
A estos perfiles habría que añadir la de los autónomos discontinuos, como los que trabajan en meses concretos -turismo de sol, profesores- o quienes compaginan un empleo por cuenta ajena con el autoempleo.
Son casos especiales, pues los primeros acostumbran a generar unos ingresos durante ciertos meses que les permiten vivir el resto del año, cuando no necesitan darse de alta como autónomos; y los segundos tienen unas ganancias fijas con su empleo por cuenta ajena.
¿Puedo facturar sin darme de alta como autónomo?
Hay mucha leyenda urbana en torno a la posibilidad de facturar sin ser autónomo. En cierto modo, una jurisprudencia contradictoria fomenta leyendas urbanas como que podemos trabajar por cuenta propia sin darnos de alta en caso de no alcanzar determinadas cantidades.
Sin embargo, la ley dice que para facturar, es obligatorio darse de alta en la Seguridad Social y en Hacienda, ya sea con el modelo 036 o el 037. Esto incluye los pagos de IVA e IRPF.
¿Merece la pena ser autónomo si tengo ingresos bajos?
Para responder a esta pregunta, hay que volver a los tipos de autónomos que veíamos antes. En el caso de los nuevos autónomos, sí que puede merecer la pena. Especialmente cuando aprovechamos las bonificaciones a emprendedores.
Hay que arriesgar. Aunque no sea lo ideal, siempre puedes esperar a obtener clientes y/o el momento de generar la primera factura para darte de alta, apurando al máximo. Nos ahorramos alguna mensualidad, estirando al máximo la tarifa plana.
En el caso de autónomos “obligados”, depende de la posibilidad de acceder a otros clientes. Siempre está la opción de declararnos autónomos dependientes o negociar un contrato laboral con el cliente.
El cooperativismo puede ser una alternativa. Podemos manejar alternativas como darnos de alta en periodos concretos -tenemos tres altas al año-, concentrando facturas o, si tenemos otro empleo, como actividad secundaria. Si los ingresos caen, quizá te interese seguir dado de alta hasta poder acceder a las ayudas por cese de actividad por pérdidas.