A nadie se le escapa que las nuevas tecnologías, sobre todo Internet, han cambiado el modo en el que se observa el mundo y, en especial, cómo se interactúa con él. Este principio se puede aplicar a nivel personal y profesional y, en este último punto, los autónomos y las empresas (tanto las grandes como las Pequeñas y Medianas Empresas o Pymes) han tenido que adaptarse, rápidamente, para no quedarse por el camino y pasar al olvido.
Pese a lo que hemos comentado, hay determinadas acciones que no han pasado ni pasarán de moda, como es el caso de la impresión de tarjetas de visita. Esto es así por un sencillo motivo: a la gente le resulta más sencillo recordar algo con lo que ha entrado de verdad en contacto. Y no es de extrañar que sean la mayoría los que todavía llevan consigo, en sus propias carteras, este tipo de tarjetas.
Además, son muchos los eventos a los que las diferentes empresas acuden para darse a conocer, y usar estas tarjetas es una forma de diferenciarse del resto y de que los visitantes guarden algo que les recuerde cómo conseguir ese producto o servicio de una manera sencilla. Para quienes todavía tengan dudas sobre si las tarjetas de visita tienen o no cabida en la era digital, hemos desglosado las principales razones que demuestran que siguen muy vigentes:
- Es una cuestión de imagen. Porque no sólo estamos en la era de Internet, estamos en la era de la imagen. Todo lo visual capta la atención de un posible cliente. Este detalle, el de las tarjetas de visita, ha de cuidarse con el máximo mimo y optar por unas que sean de calidad. Además, conviene que tengan concordancia con lo que la empresa trata de transmitir. Por ejemplo, si se trata de una empresa comprometida con el medio ambiente, no estaría de más que el papel que destinasen a este tipo de tarjetas fuese reciclado.
- Quedan en el recuerdo. Sí, la información puede llegar a saturar y encontrarnos ante un mar de posibilidades casi infinitas, y eso no ayuda. Contar con una tarjeta de visita original, con un buen diseño y con la información más relevante (lo que se ofrece y forma de contacto básica) puede marcar la diferencia.
- Es una buena manera de hacer marca. Porque hay que aclarar que las tarjetas de visita no sólo se aplican a las empresas. Las personas, como individuos, también cuentan con un perfil concreto que habla de la labor que pueden desempeñar. Con una tarjeta de visita se consigue hacer branding positivo hacia uno mismo.
- Sin tiempo que perder. En los eventos donde más provecho se puede sacar para dar a conocer un producto o servicio, tales como una feria o un congreso, no se tiene tiempo de ir apuntando, uno por uno, todos los contactos que pueden ser interesantes. El intercambio de tarjetas se sigue manteniendo, entre otras cosas, por este motivo. Y, como es lógico, conviene cuidar muy bien el diseño de las mismas para destacar entre el resto.
- Personalizables al 100%. Una de las características más reseñables de las tarjetas de visita es, sin duda, que se puede poner al gusto de cada uno en todos los aspectos. Podemos optar por una tarjeta de visita con cantos rectos o con cantos redondos, o con una tarjeta doble… A eso hay que añadir que el diseño lo elige uno mismo. Si lo principal es el eslogan y es con lo que se quiere trabajar y lo que la gente ha de recordar, no hay problema en usarlo. La única premisa es que tenga continuidad con lo que transmite la empresa en sí y, por supuesto, con el resto de sus canales de comunicación, porque eso da sensación de coherencia.
- No tienen fecha de caducidad. Es una muy pequeña inversión y puede suponer enormes beneficios. De por sí, la tarjeta de visita no tiene fecha de caducidad, puede durar todo el tiempo que se cuide de ella por lo que el público potencial al que puede llegar es muy alto. Tampoco hay que olvidar que, al tratarse de algo tan pequeño y manejable, no es de extrañar que se viaje con ello encima, por lo que la posibilidad de que se conozca a esa empresa o persona en otros lugares también es un factor a tener en cuenta.
Fijándonos en todo lo anterior, el siguiente paso a dar es el de buscar una empresa que se encargue de esta tarea. Una muy buena opción es la de optar por imprentas online, porque pueden realizar el mismo servicio que una física, en menos tiempo y por un coste más reducido. Además, se pueden solventar todas las dudas de forma virtual, sin tener que llevar a cabo ningún desplazamiento.