Si quieres dar el paso al mundo digital o quieres que tu negocio como autónomo tenga presencia en Internet, crear una página web será fundamental. De este modo, podrás vender tus productos de forma online a través de un e-commerce o dar a conocer a tu compañía entre los usuarios.
Una vez lo tengas claro, ¿sabes por dónde debes comenzar? En primer lugar, deberás comprar un dominio web, que hace referencia al nombre y la extensión que tendrá tu sitio web. Y, posteriormente, tendrás que buscar el hosting wordpress más adecuado para alojar tu página.
Este último elemento es más importante de lo que parece. Por tanto, te explicamos en qué consiste un hosting y cuáles son sus diferentes modalidades. ¡Vamos allá!
El hosting web: ¿cómo funciona?
La función principal de un hosting o alojamiento web es guardar toda la información que compone tu sitio. Es decir, los textos, las imágenes y los vídeos que has incluido. Y, para ello, todo este contenido se debe almacenar en un servidor de gran potencia.
De este modo, el funcionamiento es el siguiente. Cuando un usuario busque tu web en Internet, el servidor cargará la información de la página y mostrará los datos en el dispositivo de dicha persona.
¿Por qué es importante tener un buen alojamiento web?
Escoger un alojamiento web adecuado y de calidad garantizará que tengas una buena velocidad de carga y un rendimiento web óptimo en función de tus necesidades.
A su vez, esto ayudará a evitar los códigos erróneos, obteniendo un buen funcionamiento del contenido de la web. Esto al mismo tiempo ayudará a mejorar tu posicionamiento web en buscadores como Google y así los usuarios te encontrarán más fácilmente. Es decir, es un factor muy importante en tu estrategia SEO.
Otro elemento a destacar es que un hosting ofrece seguridad y protección para tu web. De esta forma, evitarás exponerte a ataques informáticos y hackers.
Tipos de hosting
Por otro lado, deberás encontrar un hosting adecuado para tu página web en función de tus objetivos y necesidades. A continuación, te explicamos sus diferentes opciones y modalidades:
1 – Hosting compartido
En esta modalidad, se alojan varios clientes o páginas web en el mismo servidor. Por tanto, los recursos se encuentran compartidos, entre ellos el procesador, la memoria RAM, el ancho de banda, la dirección IP, la transferencia de datos, etc.
Se aconseja para aquellos proyectos que no requieran de una gran cantidad de espacio para guardar los contenidos de su web. Entre sus ventajas, destaca que es fácil de instalar y es de los más económicos. Para comenzar, es la opción más adecuada. Y en caso de necesitar un hosting con más recursos en el futuro, escoger un proveedor de hosting que incluya la migración de la web sin coste como ofrece ANW.
2- Servidor dedicado
Se trata de un servidor que solo utiliza un cliente o proyecto. De este modo, incluye un acceso completo al hardware y software del servidor, lo que permite tener un mejor rendimiento web y un incremento de la seguridad.
Al incorporar mayores recursos, el sitio web funciona de forma más óptima, obteniendo una mayor flexibilidad y velocidad. En ese caso, es ideal para proyectos grandes que necesiten alojar una gran cantidad de contenidos e información. Sin embargo, cabe destacar que es de las opciones más caras.
3- Servidor Privado Virtual o VPS
Cuando hablamos de un VPS nos referimos a un servidor físico dividido en particiones virtuales e independientes. Se diferencia del anterior en que tiene su propio sistema operativo y no comparte los recursos con otras personas. Se encuentra entre el hosting compartido y el servidor dedicado, pero tiene un buen rendimiento web al funcionar de forma independiente.
Es una buena opción, ya que tiene un menor coste que el servidor dedicado. No obstante, es un poco más complejo de configurar. Por ello, se recomienda para páginas web que necesitan tener un servidor con mayores recursos.
4- Cloud hosting o hosting en la nube
Por otro lado, encontramos el cloud hosting. Su funcionamiento es un poco diferente, ya que utiliza la nube para guardar todos los recursos de la web. Como, por ejemplo, cuando guardamos nuestras fotos, documentos o música.
¿Cómo funciona? El proyecto no se aloja solamente en un servidor, sino que los recursos están distribuidos en varios servidores que están interconectados en la nube. Por tanto, una de sus ventajas es que si uno de ellos falla, el resto compensa esa pérdida de recursos. A su vez, se adapta a las necesidades de cada proyecto en tiempo real y solo se paga por aquellos recursos que se están utilizando.
Se recomienda para proyectos grandes, ya que su precio es elevado al variar los recursos que se van a usar.
¿Qué opción se ajusta más a tu proyecto web?