Maximizar la eficiencia de los procesos logísticos de un negocio es vital para asegurar y aumentar su rendimiento. En los casos en los que se hace necesario acumular grandes cantidades de productos o equipos, contar con uno o varios almacenes es imprescindible para garantizar tanto la productividad como el stock o la rapidez del servicio.
No obstante, los almacenes con los que cuentan las empresas, a veces, tienen unas dimensiones limitadas. Unas medidas que han de ser aprovechadas al máximo para no desperdiciar ni un metro cuadrado de espacio. De esta manera, no será necesario invertir en grandes naves y, por ende, se podrá ahorrar dinero.
Ventajas que ofrece un almacén pequeño
Un almacén pequeño ofrece multitud de posibilidades, siempre y cuando se gestione de la manera correcta. La organización y disposición de los productos o equipos es clave para lograr varios objetivos:
- Ser capaces de almacenar el mayor número de productos o equipos posible.
- Garantizar la seguridad de dichos productos o equipos.
- Asegurar una movilidad eficiente y segura dentro del almacén para operarios, productos y equipos.
- Contribuir a la oferta de un servicio rápido y eficiente, con tiempos de entrega reducidos y permita obtener una mayor satisfacción del cliente.
- Mejorar la precisión del inventario del negocio y reducir los costes operativos.
Estrategias para la maximización del espacio
Una buena gestión de almacén, sobre todo si se trata de uno de pequeño tamaño, es esencial para la consecución de la máxima rentabilidad en cualquier negocio. Para ello, cabe preguntarse: ¿cómo optimizar el espacio disponible? En este sentido, existen tanto buenas prácticas como herramientas y maquinaria para lograr todos los objetivos marcados a este respecto.
Cada uno de ellos se debe ajustar a las necesidades de cada negocio, la productividad de la empresa, el sector, las características especiales y el espacio de almacenaje disponible. Algunos consejos generales a poner en práctica son:
Implementar un diseño eficiente para distribuir correctamente el espacio
La primera pieza del puzzle corresponde a que tenga un diseño eficiente a la hora de distribuir el espacio de almacenaje. Este diseño no solo ha de tener en cuenta la máxima capacidad de almacenaje del espacio disponible, sino también tiene que ofrecer una fácil y rápida movilidad. Ello ayudará a una mejor localización y un acceso más eficiente.
Elegir sistemas de almacenamiento adecuados
La selección de los sistemas de almacenamiento son fundamentales para cubrir las necesidades de almacenamiento particulares de cada negocio. Ejemplo de ello pueden ser estanterías verticales, así como contenedores o cajas apilables. Todas estas opciones son herramientas pensadas para aprovechar el espacio, tanto en altura como en tiempo, ya que permitirán apilar y organizar los productos de una manera mucho más ordenada.
Selección de la maquinaria a utilizar
Así como son necesarios sistemas de almacenamiento optimizados para cubrir las necesidades de cada negocio, también lo son las máquinas que moverán los productos por el espacio de almacenaje. Una buena selección de maquinaria permite acceder a cualquier lugar, especialmente en altura, al tiempo que facilita la movilidad dentro del almacén.
De esta manera, se posibilita el almacenaje aprovechando todo el espacio disponible, así como su rápida localización, gestión y movimiento. Así, se puede contribuir a unos procesos rápidos que reduzcan los tiempos de entrega y multipliquen la productividad del negocio.
Un equipo de trabajo imprescindible en un almacén pequeño son las transpaletas. Con un amplio abanico de posibilidades, estas máquinas se ajustan a las necesidades particulares de cada negocio. Se pueden encontrar tanto máquinas eléctricas como manuales, por lo que tienen una gran versatilidad y permiten llevar a cabo un sinfín de tareas. Entre ellas, destacan la carga y descarga de mercancías en camiones, el traslado de palets o contenedores, etc.
Este tipo de maquinaria tiene unas dimensiones reducidas y hacen posible una movilidad rápida y sencilla por los espacios estrechos de un pequeño almacén. Además, son muy asequibles, sobre todo si se adquieren de segunda mano. En este caso, es posible ver equipos de esta clase en portales como el de GAM.
Utilizar un buen sistema de etiquetados e inventarios
Por otro lado, otra de las claves para conseguir una gestión de almacén optimizada es utilizar un buen sistema de etiquetado. Entre sus ventajas, ayuda a facilitar la rápida localización de productos, el mantenimiento de un inventario preciso y fomenta la implementación de un sistema adecuado de gestión de pedidos. A su vez, resulta imprescindible una adecuada capacitación del personal en técnicas de gestión de almacenes, seguridad y uso de equipos.
Por último, mantener siempre el espacio de almacenaje ordenado y limpio garantizará no solo la seguridad de operarios, productos y equipos, sino también generará una mayor productividad.
Una vez encajadas todas las piezas del puzzle, la gestión del almacenamiento de cada negocio aportará grandes resultados a su rendimiento, al buen funcionamiento de su servicio y a la satisfacción de sus clientes, aunque el espacio sea limitado.