Ser autónomo está, hoy por hoy, a la orden del día. Por no hablar del auge del emprendimiento gracias a las nuevas tecnologías. Si bien está claro que ser autónomo conlleva consigo grandes ventajas, también conlleva cierta inversión inicial y muchas obligaciones fiscales. Por ello, antes y durante la actividad como autónomo, la contención del gasto, el ahorro y las ventas son la clave para que tu negocio salga adelante. Gestos tan básicos como el ahorro energético, separación del patrimonio, y una óptima red de proveedores que te permitan obtener el máximo beneficio de tus ventas.
3 claves para ahorrar
Sin duda alguna, existen miles de formas de llevar a cabo el cuidado de la salud financiera y la gestión de una empresa. En el caso de los autónomos ocurre algo similar. Aunque el volumen sea menor que el de una pyme, las bases de gestión responden a unos principios clásicos: ahorro, abaratamiento del coste y competitividad. Las tres están muy interrelacionadas. De hecho, a menor coste, mejor precio al público, mayores ventas y por consiguiente, aumento del ahorro.
1. Separación del patrimonio personal del empresarial
¡Créete una S.L! Al no haber una separación bien nítida de lo que es propio de lo que es profesional convierte la gestión del dinero, sobre todo, en un problema. Muchos autónomos, mezclan su dinero (el personal) con el dinero que proviene del desempeño de la actividad. ¡Craso error! Llevar una contabilidad y cuentas diferenciadas es supremamente importante a la hora de saber tus gastos y tu rentabilidad.
Además, mezclar tus gastos del cine del miércoles con el material de oficina no tiene sentido. Al contrario, lo que ocurrirá es que lleves un descontrol absoluto. Así que actuar como una sociedad hará que el gasto se contenga y sobre todo que seas consciente del capital proveniente de la actividad profesional.
2. Ahorro en los suministros
Como ya te adelantamos, el ahorro es un pieza clave para poder disponer de liquidez para afrontar no solo las vaca flacas (no vamos a centrarnos en lo negativo) sino a poder tener un capital suficiente para invertir en mejorar tu modelo de negocio (una web, un software, dar financiación a tus clientes; etc…) La clave es el ahorro y éste pasa por tener las mejores ofertas en los suministros. Principalmente, el trabajador autónomo debería centrarse en el ahorro energético, telefonía y oficina.
Definitivamente, el más importante es el ahorro energético, ya que por los tiempos que corren es el gasto que más se ha encarecido en los últimos años. Paro ello, dedica tiempo en encontrar el proveedor de energía más rentable. Además, también puedes llevar a cabo otras iniciativas como:
- la instalación de paneles solares;
- usar baterías para el hogar,
- estufas de pellets;
- aislamiento de ventanas;
- filtros para reducir el caudal del agua que sale por el grifo;
- Certificado Energético.
El aumento del ahorro energético hará que ese dinero que gasta de menos lo puedas invertir en esa campaña publicitaria o en tener una persona para las redes sociales. ¡No es una exageración!
3. Networking con proveedores
Gracias a la globalización y el Internet podemos decir que estar lejos ya no es un problema. Por ello, buscar proveedores “buenos, bonitos y baratos” son una pieza fundamental para reducir los costes de producción y por ende, dar un mejor precio a los tus clientes. No es una tarea fácil, pero sí una gran oportunidad de ser más competitivo y conocer a personas que puedan estar interesadas en tu servicio. Puedes conseguir proveedores mediante:
- LinkedIn;
- conferencias y reuniones específicas de Networking (ferias, por ejemplo);
- internet;
- directorios profesionales;
Como has visto, la clave para prosperar como autónomo es tomar las mejores decisiones y elegir con quien quieres trabajar. Recuerda que si reduces tus costes, podrás reducir el precio (ser más competitivo) o bien dilatar tus beneficios.
¿Interesante verdad?