Es posible que como autónomo tengas algún cliente que quiera pagarte con un pagaré. Si es el caso, tienes que saber qué es exactamente lo que tienes entre manos. Para empezar, debes saber que un pagaré es una promesa de pago y no un medio. Con este documento, el emisor se está comprometiendo a abonar una cantidad determinada de dinero en una fecha. El problema de estos pagarés a la hora de recibirlos es que a fin de cuentas es una promesa, y las promesas, aunque siempre deben cumplirse, muchas veces no se hacen efectivas. Así, si recibes un pagaré como autónomo o como empresa, es necesario que conozcas cuáles pueden ser los riesgos y los diferentes tipos de pagarés con los que puedes encontrarte.
Como emisor, el pagaré es una opción bastante interesante; y es que este documento te permite obtener un poco de tiempo extra para reunir el dinero en un plazo determinado. Así, si no cuentas con efectivo en ese preciso instante, por ejemplo antes realizar una venta de algún producto o servicio, podrás entregar este pagaré para prometer dicho pago. El problema es que llegado ese momento nadie asegura que tengas el dinero, ni tú ni las personas que usen pagarés contigo.
Si recibes un pagaré deberás saber que hay implicaciones. Primero, deberás estar conforme. Es decir, un pagaré sólo podrá ser emitido si el receptor está de acuerdo y así lo deja escrito junto a la fecha de pago fijada.La persona que acepta el pagaré deberá gestionar los trámites para cobrarlo. Asimismo, si recibes un pagaré y queremos cobrarlo, debes saber que los gastos de gestión los asumirás tú.
Por último, los pagarés se pueden devolver, ya que suelen cobrarse a través de un abono en cuenta, por lo que esa cuenta puede no tener fondos.
El último punto a tener en cuenta son las comisiones. Si el deudor anula el pago, esto acarreará grandes comisiones que deberán ser pagadas por la otra parte. Si bien es cierto que este pagaré podría usarse como prueba para futuras denuncias, el desembolso inicial de dinero puede ser importante y por tanto no compensar. Por tanto, lo más sensato es intentar aceptar pagarés únicamente de empresas o profesionales con los que se tenga una seguridad máxima.
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