¿Cómo está tu negocio? Es una pregunta mucho más importante de lo que parece, pues a menudo tenemos una imagen del mismo que no corresponde plenamente con la realidad. Cunado hacemos el diagnóstico empresarial, tenemos unos datos objetivos a partir de los que tomar decisiones de cara al futuro. Identificamos nuestras líneas de negocio más efectivas, analizamos el nivel de desempeño y lo comparamos con el mínimo recomendable o deseable.
Como autónomo, quizá pienses que se trata de algo que únicamente atañe a las empresas. Pero nada más lejos de la realidad. Los trabajadores por cuenta propia también pueden sacar el máximo partido al diagnóstico de empresa. Al fin y al cabo, tu negocio no deja de ser el mismo que el de una empresa aunque a una escala mucho más reducida. Por eso, hay que saber cómo hacer un diagnóstico de la empresa; un proceso que podemos hacer en cinco simples pasos.
Cómo hacer un diagnóstico de la empresa
Seguro que cuando pusiste en marcha tu negocio, hiciste un plan de negocio donde analizaste lo que ofreces, la competencia existente, los potenciales clientes que había… Una información básica para conocer el punto de partida y orientar el negocio.
Esto es similar. Podemos dejar el diagnóstico de empresa en manos de un consultor experto, aunque es un gasto importante. Más si eres autónomo. La otra opción es encargarte del autodiagnóstico de la empresa tú mismo siguiendo los siguientes pasos:
- Haz un equipo de trabajo: todo depende del tamaño de tu negocio. Si eres un autónomo sin nadie a tu cargo, puedes ocuparte tú solo. Si tienes algunos colaboradores o departamentos, necesitarás recopilar información de cada uno de ellos. Siempre puedes contar con su ayuda.
- Determina los procesos y actividades a evaluar: cuando tienes varios colaboradores, debes reunirte individualmente con ellos para identificar los puntos fortalezas y debilidades de su trabajo o buscar propuestas de mejora. Si estás solo, deberás hacerlo por tu cuenta.
- Análisis de la información: otro paso para realizar un diagnóstico de la empresa es que en base a los datos obtenidos en el punto anterior, se compara el estado actual con el recomendado y el deseado. Aquí podemos hacernos preguntas clave, como si todos los productos o servicios que se ofrecen son rentables, dónde hay que concentrar más esfuerzos, dónde se están concentrando demasiados esfuerzos, qué procesos ofrecen más o menos valor, qué productos o servicios satisfacen las demandas de los consumidores… Es fundamental destacar las debilidades.
- Estrategias y planes de acción: es un punto clave para mejorar las debilidades del negocio. Para ello, te puedes fijar en qué hace la competencia (benchmarking). Saber quién es líder en el sector, qué podemos aprender de ellas, cuáles son las mejores estrategias de venta para autónomos y adaptar sus procesos a nuestro negocio. Si es grande, también puedes tratar de adaptar y aplicar lo que funciona en un departamento de éxito en otro que no funcione tan bien.
- Redacción del informe de diagnóstico final: las conclusiones del diagnóstico de la empresa se deben plasmar en un documento, el informe final. En él deben aparecer las mejoras o cambios que se deberían llevar a cabo para reforzar los puntos débiles de la empresa. En caso de tener trabajadores, hay que ser empáticos y tratar de transmitir las conclusiones siempre desde un punto de vista constructivo. Incluso cuando los resultados son negativos.
El diagnóstico de la empresa es algo que debe hacerse repetidamente. Muchas empresas únicamente lo hacen al principio, y luego lo olvidan.
Pero como hemos visto, es una herramienta fundamental para conocer las fortalezas y debilidades de la organización, y deberíamos hacerlo al menos una vez al año. Tenemos que invertir algo de tiempo, pero el resultado vale la pena. Obtenemos una información esencial para el futuro de nuestro proyecto.