Tras la polémica propuesta de modificar la cuota de los autónomos, el Gobierno sigue lanzando nuevas propuestas para renovarla. El objetivo es establecer una cuota de autónomos en base a los ingresos obtenidos por el trabajador por cuenta propia, y la última propuesta que ha hecho el responsable de Seguridad Social José Luis Escrivá es la cuota mínima de 202 euros. Pero como la propuesta inicial, esta también tiene una letra pequeña que deberíamos conocer antes de aventurarnos a hacer cualquier tipo de valoración.
Nueva propuesta de cuota de autónomos
El aspecto más llamativo de la última propuesta lanzada por Escrivá es precisamente la rebaja de la cuota mínima a 202 euros para los trabajadores autónomos con rendimientos más bajos. Por contra, los autónomos con una facturación mensual por encima de los 3.620 euros se verían afectados por una cuota máxima de 1.123 euros.
También se han propuesto cambios a la baja en los dos tramos que afectarían a la mayoría de trabajadores por cuenta propia:
- Autónomos con rendimientos entre 1.125,90 y 1.300 euros: se reduce la cuota de 316’17 euros propuesta inicialmente a 290 euros al mes
- Autónomos con rendimientos entre 1.300 y 1.500 euros: en este caso, la reducción pasa de los 391 euros de la propuesta inicial a los 382 euros al mes ahora propuestos.
Otra de las modificaciones planteadas de la cuota de los autónomos por Escribá afecta al cálculo de rendimientos para clasificar a los autónomos. La propuesta anterior era de un 5% de los gastos, pero ahora habrá dos fórmulas en función del tipo de trabajador por cuenta propia que sea.
En el caso de los autónomos societarios, la deducción se reduce al 3% mientras que la resta de trabajadores por cuenta propia podrán acceder a una deducción del 7%.
Mecanismos de protección para autónomos
Más allá de los cambios en las cuotas de autónomo, desde el Gobierno también se ha planteado un nuevo esquema de acción protectora para los trabajadores por cuenta propia. Sería una prestación extraordinaria a modo de las que aparecieron a raíz de la pandemia, y se dividirían en dos clases: empresas en crisis cíclicas y empresas en crisis estructurales.
- Empresas en crisis cíclicas: se trata de una prestación orientada a autónomos empleadores que aplique a su plantilla un mecanismo RED autorizado y justifiquen la disminución del 50% en el rendimiento neto. Cuando no hay asalariados, también se exige este porcentaje de pérdida. La prestación cubriría la mitad de la base mínima, sin consumir paro, y con una exoneración total de la cuota.
- Empresas en crisis estructurales: a los requisitos que se exigen a las empresas en crisis cíclicas, se añaden la participación en un proceso de recualificación. Se beneficiarían de una exención del 60% en la cotización durante la duración del ERTE estructural.
Paralelamente, el ejecutivo busca reajustar la prestación por cese ordinario. Eso sí, aquí la concreción es menor pues no se especifica, por ejemplo en el cese de actividad por razones económicas, qué caída de ingresos deberían acreditar.
Eso sí, esta última novedad afectaría a los autónomos empleadores; los trabajadores por cuenta propia sin empleados a su cargo seguirían en la misma situación actual.
Una vez más, conviene destacar que se trata de propuestas del Gobierno, en concreto del ministro Escribá; pero todavía no son definitivas. Es más, desde las principales asociaciones de autónomos siguen rechazando la nueva propuesta de Escribá, como hicieron con el modelo inicial.
Por delante quedan meses de negociación entre los propios socios de Gobierno, con el resto de fuerzas políticas y agentes sociales para tratar de sacar esta medida adelante. El objetivo de los cambios en las cuotas de autónomos, recordemos, es vincular la cuota de autónomos en base a los ingresos que percibe cada profesional.