En los últimos cinco años el número de emprendedores por necesidad se ha duplicado. La tasa de actividad emprendedora (TEA) que recoge el informe Global Entrepreneurship Monitor España muestra como en 2014 se alcanzó un 29,24% de autónomos que optaron por el emprendimiento como último recurso cuando en 2009 esta cifra se elevaba hasta el 15%. Por su parte, los nuevos empresarios por oportunidad representan en torno al 66%.
El perfil de los recientes emprendedores es muy similar al de otros ejercicios. La edad media es de 40 años, representando la franja entre 35 y 44 años, casi un tercio de los nuevos autónomos. Esto significa que las personas que se deciden a montar un negocio cuentan previamente con una cierta experiencia laboral.
Durante los últimos tres años el 1,8% de la población mayor de edad ha tomado parte en distintas iniciativas emprendedoras dentro de las compañías para las que prestan sus servicios. Esto supone un descenso del 33,3% si se compara con las cifras de 2011. Es un claro retroceso de la capacidad innovadora de las empresas nacionales. También a consecuencia de la crisis se recoge en este informe un incremento de la descapitalización de las compañías españolas.
La tasa de actividad emprendedora también se ocupa de medir las iniciativas emprendedoras con menos de tres años y medio de vida, que en los últimos ejercicios subió ligeramente al pasar del 5,2 al 5,4%. No obstante estas cifras aún se encuentran muy lejanas de la media europea y de los valores que se alcanzaron en el país antes de la crisis que fue del 7%.
Desde el comienzo de la recesión económica se ha producido una importante caída en lo que se refiere al número de empresas. Se pasó de las 3,4 millones de 2007 a las 3,1 de 2013. Esto supone que en la actualidad se crean 85 compañías por cada 100 que cierra sus puertas. Para realizar estos estudios se realizaron más de 25.000 encuestas.