Pendientes de que se forme un gobierno estable. Así se encuentran por ahora los autónomos, que no saben aún lo que les espera por delante. Lo único que aprecian es una etapa de incertidumbre ante los problemas existentes para la creación de un Ejecutivo. A lo largo de este año se han producido una serie de reformas beneficiosas para sus intereses, pero todavía les queda mucho camino por recorrer para alcanzar una mejor situación en el mercado laboral.
En 2015 se aprobó la posibilidad de contratar a aquellos emprendedores que disfrutaban de la tarifa plana de 50 euros, compatibilizar la prestación por desempleo con la actividad por cuenta propia, la capitalización de la totalidad de la prestación del paro para poner en marcha un proyecto empresarial o la tarifa plana para la contratación indefinida.
Para este año que entra, el 2016, se plantean, entre otras cosas, reducir los plazos de la morosidad y facilitar el acceso al crédito, dos viejas reivindicaciones. Pese a que las administraciones públicas están realizando un importante esfuerzo para cumplir con los plazos de pago con estos profesionales, estos continúan aún por encima de lo que contempla la ley. Incluso el sector privado ha empeorado las cifras hasta alcanzar en septiembre los 85 días de demora.
En cuanto a la financiación, lo único que se encuentren los autónomos cada vez que pisan una entidad bancaria son trabas. Alguna organización de trabajadores por cuenta propia ha reclamado que la concesión de los créditos ICO se desvinculase de los bancos.
Otras medidas que proponen los autónomos para el nuevo año pasan por incrementar la tarifa plana de 50 euros de seis a doce meses, reducir el IVA del 21% al 10% en determinados colectivos, facilitar la jubilación anticipada para aquellos profesionales con más de 42 años de cotización (al margen de la edad), cotizar en función de los ingresos y contar con una mayor participación en las mesas de diálogo social.