La pensión supone una gran preocupación para 4 de cada 10 autónomos, que son conscientes que no podrán mantener su nivel de vida una vez que se retiren de trabajar. Así lo advierte la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA). Sin embargo, esta cuestión pierde importancia en función de la edad.
Para los menores de 35 años no entraña tanto interés el aspecto de las pensiones, pero sí que supone un quebradero de cabeza para el 67% de los trabajadores por cuenta propia que rebasa los 55 años. Pero en algunos casos puede ser demasiado tarde para tomar decisiones al respecto.
Un informe elaborado por Quadriga Asset Managers desvela que mejor podrá complementar la pensión el autónomo jubilado cuando antes comience a ahorrar con un plan de pensiones alternativo a la Seguridad Social. Para ello estudió el rendimiento que podría conseguir un profesional por cuenta propia en función de cómo invierta la diferencia entre la cotización mínima y la máxima.
Se han centrado en tres casos concretos. Por un lado los que comiencen a invertir en un plan de pensiones a partir de los 30 años, los 35 y los 40 años. En el caso de los primeros, la pensión total se llegará triplicar. Al comenzar a los 35 años la pensión total sería el doble de lo que conseguiría con la pública máxima, mientras que a los 40 años, la pensión sería un 36% mayor.
Aseguran que no hace falta desembolsar un dinero extra para disfrutar de una pensión complementaria en el futuro, ya que la clave en realidad reside en planificarse bien y buscar los mejores gestores que colaboren a preparar el mejor plan. Es importante que al jubilarse los ingresos procedan de distintos lugares para no tener un solo pagador, ya que de esa forma nuestra vida retirada del ámbito laboral no dependería de la paga de la Seguridad Social.