En ocasiones pueden verse como enemigos, pero el autónomo y la pyme puede llegar a formar un buen conjunto si trabajan en un mismo proyecto y ofrecen cada uno lo mejor de si. La colaboración resulta esencial en la nueva economía, en donde abundan los profesionales freelance, que realizan las funciones de colaboradores.
En lugar de competir por los mismos clientes, quizás les convendría más unir sus fuerzas para afrontar mejor los nuevos retos que se les viene encima. Las pequeñas y medianas empresas ahorrarán mucho dinero si deciden unir a su equipo a un profesional autónomo. Principalmente porque no tendrán que sumar a su plantilla a un asalariado y únicamente contarán con este trabajador cuando requieran sus servicios.
Las pymes pueden externacionalizar estos servicios sobre todo en ciertas áreas como diseño gráfico, comunicación, marketing y contabilidad, entre otras.
Es preciso que la pyme sepa elegir al autónomo adecuado para su proyecto. Además de sumar a su plantilla de manera ocasional a una persona con experiencia y conocimientos, también debe contar con unos principios que se asemejen a los de la compañía. Lo que se busca es que ambas partes consigan beneficiarse del acuerdo.
Para ello es importante que se escuche la opinión del autónomo. Aunque el responsable de la pyme tenga una idea muy concreta sobre un asunto, siempre viene bien conocer las opiniones de los demás y aprovechar sus conocimientos.
Para que este profesional por cuenta propia se sienta identificado con el proyecto es preciso que se valore en todos los sentidos, pero sobre todo en el económico. La remuneración debe ser acorde a su experiencia y atendiendo a los precios que se manejen en el mercado.
Antes de que la pyme le contrate debe revisar algunos de sus trabajos anteriores. Para ello están los perfiles de redes sociales, blogs y páginas webs. Puedes pedir también referencia a otros clientes.