La crisis ha provocado que muchas personas se hayan visto obligadas a emprender. Este duro camino se encuentra lleno de obstáculos, en donde la falta de formación y los problemas de financiación son los principales escollos a superar.
Antes las trabas que imponen las entidades financieras, la mayoría de los trabajadores autónomos que decide emprender lo hace con recursos propios o prestados de personas de su entorno. Según el Observatorio Global Entrepreneurship Monitor, con datos de la Comunidad Valenciana, ocho de cada diez personas se financia sin pisar un banco. La mitad lo hace recurriendo a sus ahorros personas, mientras que el 20% obtiene fondos procedentes de la familia y el 7% de conocidos y amigos. Por su parte, los que acuden a las instituciones de crédito o bancos son el 23%.
Fuentes de financiación para autónomos
Por lo general, los negocios que deciden poner en marcha los emprendedores no exigen grandes inversiones, en donde sus necesidades pueden rondar en torno a los 6.000 euros, aunque también existen casos en los que el capital necesario es mucho mayor para arrancar un proyecto empresarial.
Otro problema con el que se encuentran los trabajadores por cuenta propia a la hora de montar su propia empresa es la falta de formación específica. Aunque los datos hagan referencia a la Comunidad Valenciana, también se podrían trasladar al resto del país. El 66,7% de los emprendedores aseguran que tienen algún tipo formación, por lo uno de cada tres carece de ella.
La puesta en marcha de las iniciativas empresariales están condicionadas a distintos factores, entre los que se encuentran los valores, las actitudes emprendedoras de la población y percepciones. Todo ello acabará condicionando de alguna manera la actitud de las personas desde un punto de vista sociocultural.
No hay que olvidar el importante número de emprendedores que deciden arriesgarse y montar su propio negocio por obligación y no por devoción. Estos suelen tener una vida más corta.