Parece ser que los autónomos están reñidos con las bajas laborales. De los 468.023 profesionales que reclamaron el parte de baja, únicamente el 3% eran trabajadores por cuenta propia, es decir 13.366 personas. Así lo avalan los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
Casi ocho de cada diez percances se producen en el lugar de trabajo (78,1%); el 15,1% en los desplazamientos; el 6,1% en otro centro y el 0,5% mientras se va y viene del trabajo. A diferencia de los asalariados, el autónomo tiene más opciones de padecer un accidente laboral grave. Si comparamos los datos entre unos y otros, comprobaremos como en el caso de los trabajadores por cuenta propia estos representan el 2,6%, mientras que en el total de los accidentes laborales la cifra se eleva hasta el 0,8%.
Los hombres se presentan como las grandes víctimas con 10.864 bajas (81,7%) frente a las 2.429 de las mujeres (18,3%). Uno de cada cuatro accidentes que sufren los autónomos tienen lugar en el sector primario, que hace referencia a la agricultura, pesca, ganadería y silvicultura (28,5%). Muy cerca de ellos se encuentran los trabajadores de la construcción, mientras que el tercer lugar lo ocupen los profesionales por cuenta propia que se dedican al comercio al por mayor y al por menor y reparación de vehículos entre otros. La industria manufacturera ocupa el cuarto lugar con el 13,5%.
El motivo de estos percances que provocan la baja laboral entre los autónomos lo encontramos en el sobresfuerzo y los golpes provocados por una caída, aunque también resultan bastante habituales los golpes por un choque contra un elemento inmóvil o un tropiezo y el contacto con un herramienta cortante. En los instantes previos al accidente, los trabajadores por cuenta propia se encuentran corriendo, subiendo o andando en el 22,4% de las veces. Le siguen muy de cerca las actividades manuales como coger o agarrar con el 17,3% de los percances.