El miedo a jubilarse con 65 años y recibir una pensión excesivamente baja ha provocado que muchos autónomos opten por alargar su vida laboral. Este fenómeno se repitió con bastante frecuencia una vez que estalló la crisis. En algunos casos llegaron a retirarse a partir de los 70 años.
En 2008 había 240.380 jubilados con edades comprendidas entre los 65 y 69 años, a los que se les sumarían 14.837 y 16.125, en 2009 y 2010, respectivamente. A partir de esa fecha se fue ralentizando los nuevos jubilados hasta los 7.161 del año pasado.
El presidente de ATA, Lorenzo Amor, aprecia que en los primeros años de la crisis muchos trabajadores por cuenta propia optaron por la jubilación debido a la incertidumbre del mercado y los datos negativos de sus negocios, pero todo cambió a partir de 2011, cuando se retrasó la jubilación de los autónomos en cierta medida por la entrada en vigor de una medida que permitía a estos profesionales continuar con sus labores profesionales al mismo tiempo que cobraban una parte de la pensión. De hecho, dos de cada tres trabajadores que se benefician de esta opción son autónomos.
Son precisamente los trabajadores por cuenta propia los que se jubilan más allá de los 65 años, ya que en el régimen general rara es la vez que se alargue la actividad, explica Sebastián Reyna, de UPTA. Los autónomos jubilados que tenían menos de 65 años alcanzaban las 36.288 personas, que eran casi el 3% del total que accedía a una pensión. La cantidad media que percibían como pensión de jubilación rondaba los 678 euros mensuales.
El presidente de ATA, cree que durante los últimos años se han mejorado las condiciones en las pensiones de los autónomos. Se incrementó en un 8,4% el número de autónomos con pensión entre 2008 y 2014, mientras que en este periodo de tiempo la pensión aumentó en un 22,2%. Esto en gran medida se debe a las subidas en las bases de cotización pese a que el 83% lo hace aún por la mínima.