Preocupados por la pensión que les puede quedar una vez que se jubilen, los autónomos que ven cercana su retirada realizan un último esfuerzo para incrementar la cotización durante estos últimos años de carrera profesional. Casi nueve de cada diez trabajadores por cuenta propia cotiza por la base mínima, pero a partir de los 61 años sólo hay un 63% que opta por esta base.
España cuenta con unos 3,16 millones de autónomos, de los cuales, la mitad tiene menos de 47 años. Dentro de este colectivo, el 93% declara que gana como mucho 10.716 euros al año, que es la cantidad de la base mínima de cotización en el RETA.
Sin embargo, a medida que estos profesionales van cumpliendo años deciden incrementarla para disfrutar de una mayor cuantía a la hora de jubilarse. Para obtener la pensión de jubilación se aplica la base reguladora de los últimos 19 años cotizados en a vida del autónomo.
Entre 48 y 50 años, hay un 84% de trabajadores por cuenta propia que continúa con la base mínima. A partir de los 51 hasta los 55, se rebaja hasta el 76% los que mantienen la aportación mínima. Desde los 56 hasta los 60 años hay un 65% de autónomos que declaran esos ingresos mínimos, mientras que se alcanza un 63% de profesionales con base mínima entre los 61 y 65 años.
Para que no haya posibles conflictos durante los últimos años a la hora de aumentar la pensión, la ley limita la base máxima por la que los trabajadores por cuenta propia pueden cotizar a partir de cumplir los 47 años. Por debajo de esta edad tendrán la posibilidad de elegir la base de cotización (entre 893,10 y 3.642 euros) e incluso modificarla un par de veces al año, pero los que hayan cumplido los 47 años tendrán que conformarse con un tope máximo de 1.964 euros.
Sin lugar a dudas, no todos los autónomos tiene la posibilidad de incrementar la base de cotización debido a los problemas económicos que soportan sus negocios.