Las 10 de la mañana es una mala hora para los trabajadores autónomos. La Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) junto con el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo acaba de presentar los resultados de un trabajo en donde se desvela que a las 10 horas tienen lugar el 14,5% de los percances, tanto en el centro habitual de trabajo como en el trayecto de camino.
El año pasado el número de profesionales por cuenta propia que sufrió algún tipo de accidente laboral mientras ejercía su labor se elevó hasta los 12.000, de los cuales 17 acabaron falleciendo. Esta información sólo hace referencia a los autónomos que tienen cubiertas las contingencias profesionales. Este estudio desvela como el índice de siniestralidad entre los trabajadores por cuenta propia es bastante superior al de los asalariados.
Los que tienen más posibilidades de sufrir un accidente laboral son los autónomos que se dedican a la ganadería, caza, agricultura y la construcción. A continuación les siguen con una menor incidencia el comercio minorista, el transporte terrestre y servicios.
Haciendo un perfil del autónomo víctima de un percance laboral, hay que decir que uno de cada tres son hombres con edades comprendidas entre los 35 y 44 años, mientras que en el caso de las mujeres, las más afectadas son las que están en el rango entre los 45 y 54 años. Como conclusión general se extrae que el 60% de los trabajadores por cuenta propia que son víctimas de un accidente en el puesto de trabajo o en el desplazamiento cuentan entre 35 y 54 años.
Las dolencias más comunes suelen ser torceduras, esguinces, luxaciones, dislocaciones, lesiones superficiales, fracturas, cuerpos extraños en los ojos y heridas abiertas. Entre las causas más importantes para que se produzcan estas lesiones se encuentran los excesos en los esfuerzos, caídas y golpes motivados por la actividad que desarrollan.