Cada día que nos duchamos consumimos una importante cantidad de agua, pero también hacemos uso de las toallas, que en ocasiones pueden dañar la piel, oler mal y que también exigirán un consumo en cuanto a lavado. Con intención de ahorrar unos 78 litros de agua en lavados, surgió hace un par de años de la mano de dos emprendedores navarros un secador corporal que lleva el nombre de Valiryo.
La intención de sus creadores es vender a lo largo de este ejercicio más de 3.000 unidades. Este secador dispone de 23 difusores que permiten acabar con el cuerpo seco en cuestión de tres minutos. La compañía Job Accomodatión ha sido la encargada de desarrollarla. Aunque el producto se creó en 2014, no fue hasta el año pasado cuando empezaron a vender los primeros secadores, llegando a alcanzar los 500.
El salto que pretenden dar con este aparato es muy grande. Ahora disponen de una inversión de más de 600.000 euros. En su momento Patxi Fabo y Ion Esandi arrancaron este proyecto en solitario, pero en su equipo ya son diez personas.
El secador corporal está pensado para utilizar tanto en viviendas particulares como en hoteles, spas y gimnasios. La mayoría de la producción, en concreto el 90%, se exporta, sobre todo a países como Francia, Reino Unido y Emiratos Árabes. Para una hogar, el coste de este dispositivo ascenderá hasta los mil euros. Los creadores de esta idea sostienen que a largo plazo se producirá un ahorro en toallas, agua, tiempo y en la calidad de la piel. A ello se le suma la disminución en la emisión de CO2 a la atmósfera al no emplear con tanta frecuencia las lavadoras y secadoras.
Consiste en una columna con 23 difusores de aire, con un aspecto curvo para que facilite que el aire llegue a cada rincón del cuerpo.