En 2010 los autónomos vieron como se cumplía una de sus grandes reivindicaciones. El Gobierno creaba por entonces un sistema que les permitía acceder a la prestación por desempleo, lo que pasó a llamarse prestación por cese de actividad. Desde aquel momento los trabajadores por cuenta propia tienen la posibilidad de cotizar para cobrar esta ayuda en el caso de que el negocio les vaya mal y se vean obligados a cerrar.
Todo parecía muy bonito, pero la realidad ha sido bien distinta. Hay en torno a los 650.000 autónomos que cotizan para cobrar la prestación, que suponen algo más del 20% del total. La cifra se ha mantenido constante desde 2012, primer año en el que se empezó a cobrar, con ligeros aumentos y descensos. Sin embargo en los últimos tiempos se han registrado un par de circunstancias que han mejorado un poco el funcionamiento del sistema.
Entre otras cosas se ha conseguido un incremento del número de cotizantes, del tiempo medio de cobro de la ayuda y un crecimiento también en el número de solicitudes. Los trabajadores autónomos han pasado de recibir la prestación durante una media de cuatro meses a los 6,2, según los datos confeccionados por el Ministerio de Empleo con las cifras oficiales de los nueve primeros meses del año.
De alguna manera se puede comparar con el tiempo medio de cobro de las prestaciones contributivas de los asalariados, donde casi un cuarto de ellos cobra el paro entre cuatro y ocho meses; el 17% lo hace entre dos y cuatro meses; el 16% entre ocho meses y un año, mientras que los dos años, el máximo que contempla la ley, sólo el 3%.
Otro problema que tenían los autónomos es que el 80% de las solicitudes eran rechazadas por las mutuas, pero en lo que va de año se reconocieron el 37,2% de las 5.416 presentadas.