El periodo de crisis soportado por España en los últimos años ha modificado en cierta manera el modelo económico del país, en donde la falta de empleo ha empujado hacia el emprendimiento a un importante número de personas. Sin embargo, a la hora de montar una empresa o negocio hay mucho temor al fracaso.
El informe Global Entrepreneurship Monitor, que realiza la Asociación Red GEM España, en compañía de otras instituciones como Santander Universidades o el Centro Internacional de Emprendimiento desvela que durante el año pasado únicamente 6 de cada 100 se involucró en actividades de emprendimiento durante su fase inicial. En concreto fue un 5,7% de la población con edades comprendidas entre los 18 y 64 años.
Pese a ello se aprecia un ligero incremento de dos décimas respecto a 2014 y una mejora por segundo año consecutivo. Entre las economías basadas en la innovación, España se encuentra por debajo de Grecia, Irlanda y Portugal, pero por encima de Italia y Alemania.
Según este informe, las personas que tenían pensado montar una empresa durante los siguientes tres años representaban un 6,1% de la población, que supone la mitad que en 2012 y dos puntos menos que en 2014. Quizás la gente haya puesto los pies en la tierra y le tenga un mayor respeto al emprendimiento. El director técnico de GEM España, Iñaki Peña, asegura que para mejorar estas cifras se hace necesario otras condiciones.
Los tres principales obstáculos que se encuentran los emprendedores son la situación económica del país, el marco legislativo y el acceso a la financiación. Esto hace que el 46% de los que aún no se han implicado en labores de emprendimiento prefieran no arriesgarse por miedo a no conseguir buenos resultados. Ponerse manos a la obra y montar una empresa les resulta “menos atractivo y prefieren seguir en una zona de confort que no les suponga incertidumbre”.