Aunque haya habido un importante cambio durante los últimos años a raíz de la crisis, el autónomo español no es ni joven ni tecnológico. Siete de cada diez cuenta con más de 40 años, según datos del Ministerio de Empleo, centrándose sobre todo en la industria y en la agricultura aquellos de más edad.
Además parece que la idea de país poco emprendedor está cambiando. Ya sea por los costes que implica la puesta en marcha de una compañía o por los trámites burocráticos, el emprendimiento nunca ha sido algo que ha atraído a los españoles. Pero los datos del Global Entrepreneurship Monitor, a través de una encuesta de la London School of Economics, parece que la incapacidad nacional para emprender se va evaporando poco a poco. En 2012 un 28% de los encuestados consideraba que la población española no contaba con espíritu competitivo, pero esa cifra se incrementaba hasta el 74% un año más tarde.
¿Cómo es el perfil del emprendedor español?
Está claro que las peores noticias para los autónomos se encuentran en el sueldo. El 92,2% de los autónomos con menos de 50 años cotiza por la base mínima, mientras que por encima de esta edad la cifra se reduce al 70%. Pero esto se debe más bien a un intento por aumentar la pensión de jubilación que a un incremento de liquidez real.
Los datos señalan que a raíz de la crisis mucha gente ha optado por emprender. Sin embargo esto no significa que sea una noticia positiva. El informe GEM España desvela que el número de autónomos que crearon una empresa nueva viendo una oportunidad de negocio detectada descendió un 6% entre 2012 y 2013, mientras que se incrementó el número de empresas creadas por necesidad, al no encontrar trabajo. Esto se tradujo en la creación de pequeñas compañías, de entre 1 y 5 empleados.
El citado informe recuerda que estas empresas “en numerosas ocasiones no son lo suficientemente competitivas como para prolongar sus actividades económicas más allá de los primeros cinco años críticos de existencia.