La nueva ley de autónomos aprobada por el Congreso contempla básicamente cinco puntos esenciales, como son el incremento de la tarifa plana de 50 euros de seis a doce meses, deducciones en el IRPF de los gastos de luz y agua, beneficios por maternidad, mejoras en los recargos por impagos a la Seguridad Social y altas y bajas en función de los días naturales y no por meses enteros. Sin embargo, hay otras medidas que los profesionales por cuenta propia echan en falta.
A falta de que entre en vigor las cinco posturas antes mencionadas, ahora surgen dudas sobre si esto supone un avance para el colectivo. Voces críticas lamentan que no haya una mayor equiparación en los derechos de los autónomos y los trabajadores por cuenta ajena. En temas como las bajas, el paro de los trabajadores autónomos o pensiones las diferencias son cada vez más acusadas.
Todos los autónomos al margen de lo que ganen seguirán cotizando la misma cantidad a la Seguridad Social, cuando resulta totalmente injusto. Lo ideal es que cada uno pagase en función de sus ingresos. Para los autónomos con menores ingresos supone todo un lujo abonar más de 260 euros al mes. Hay que decir que la propuesta presentada por Ciudadanos excluiría a los trabajadores por cuenta propia que ganasen menos que el Salario Mínimo Interprofesional de afrontar las cuotas. Será un tema a tratar por los partidos del Congreso.
También se aprecian muchas carencias en lo que se refiere a la ayuda a las pymes y autónomos para que consoliden sus empresas. Todas las miradas se centran en la búsqueda de nuevos autónomos, como demuestra la ampliación de la tarifa plana de 50 euros, pero pocos son los que reparan en el problema de las pymes, ya que más de la mitad se ve obligada a bajar la persiana en menos de cinco años.
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