Alberto Acedo está considerado uno de los jóvenes con más talento de España en el campo de la genética. Junto con su compañero Adrián Ferrero trabajará para la empresa más importante de tecnologías genómicas y secuenciación de ADN que se encuentra en Estados Unidos.
El objetivo de estos dos emprendedores de León será la identificación del genoma del vino. Ya cuentan con una cierta experiencia en este sector, como demuestra el hecho de que hayan sido reconocidos por el Instituto de la Juventud de España (Injuve) como los mejores emprendedores jóvenes.
Han puesto en marcha la herramienta WineSeq y ahora están implicados en el estudio de este caldo. Sostienen que el vino está vivo como cualquier ser humano, siendo capaz de evolucionar a través del tiempo. Al igual que los seres humanos disponen de una identidad genética codificada en el ADN que les hace ser distintos, con los caldos pasa algo similar. Cuentan con unas propiedades y características que les convierten en “únicos”.
La búsqueda de la huella genética es un proceso muy complejo, que varía en función de una serie de aspectos como son la tradición de la bodega, las condiciones atmosféricas, la uva y los microorganismos que hacen acto de presencia durante la fase de elaboración. Está claro que el principal protagonista de este caldo es la uva. Como mucho se obtendría zumo si no fuese por la participación de microorganismos que se ocupan de establecer las características del caldo, entre ellos el sabor o el olor. Es lo que denominan como micro wine makers.
Gracias a distintas herramientas y a la tecnología genomica existe la posibilidad de establecer una enología de precisión, que permitirán mejorar las condiciones de un vino. Se pueden potenciar las características de una forma natural de esta bebida. Sin lugar un importante avance para una industria que mueve muchos empleos y dinero en España.