Cotizaciones sociales que se ajusten a los ingresos reales de cada autónomo y nuevos mecanismos que respalden la financiación de estos profesionales. Son algunas de las demandas que reclaman desde la Federación de Organizaciones de Profesionales, Autónomos y Emprendedores (OPA).
En relación al primer aspecto, consideran un error que haya una cuota fija que afecte a todos por igual. Supone, en opinión de esta asociación, un grave trastorno para los trabajadores que atraviesen por una situación delicada o que empiecen a emprender. En lo referente a la financiación, este colectivo se encuentra con muchas trabas para acceder al crédito, de ahí que reclamen simplificar los trámites y las exigencias para beneficiarse de las ayudas del ICO. Consulta también las ayudas que el SEPE tiene para los autónomos.
En concreto, son sólo dos de las mejoras que proponen los autónomos. La morosidad, tanto pública como privada continúa inquietando a estos profesionales. Muchos de ellos se ven obligados a cerrar sus negocios a consecuencia de las deudas que tienen con ellos algunas entidades. Reclaman a las administraciones que cumplan con los plazos que marca la ley de Morosidad. Otro aspecto que está dañando mucho a los trabajadores por cuenta propia es la competencia desleal. Lo que proponen desde OPA es que mejoren las coberturas sociales y regularicen el trabajo autónomo a tiempo parcial. Mucha gente opta por no declarar su actividad debido a las cargas tributarias y a la falta de incentivos.
Aprecian que también existen muchas diferencias entre los trabajadores por cuenta propia y los asalariados a la hora de cobrar la prestación por desempleo. Su reivindicación pasa por simplificar los trámites y exigencias en el momento de cesar la actividad. La gran mayoría de profesionales se encuentran con una negativa a la hora de solicitarla.
Aconsejan que las administraciones tomen cartas en el asunto para garantizar el relevo generacional dentro del colectivo. Para ello es esencial incentivarlo con ayudas y una adecuada reglamentación. Muchos negocios que funcionan correctamente se verán abocados al cierre por la falta de emprendedores dispuestos a tomar el testigo. En gran parte, este problema se debe a la escasa cultura emprendedora que hay en España, en donde exigen que haya asignaturas en la escuela vinculadas con el ámbito empresarial.