Las franquicias se presentan como un modelo de negocio muy interesante para los emprendedores. Las garantías de éxito que proporcionan son mayores en comparación con otros negocios independientes y cuentan con una serie de ventajas como son tener una marca de prestigio y el apoyo que se facilite desde la central.
Sin embargo, para que un emprendedor franquicie su modelo de negocio la exigencia es mucho mayor. No se admite la improvisación y hay que dejarlo todo muy bien atado. Antes de ofrecer tu empresa a terceros es preciso analizar defectos y errores para intentar corregirlos. El emprendedor debe preguntarse que puede proponer a los demás. No basta con tener una buena imagen, también se le exigirá que saque al mercado un negocio que funcione, en donde los números cuadren y se garantice en cierta medida unos beneficios. A simple vista una franquicia que lleva varios años funcionando con normalidad puede ser síntoma de que todo marcha en orden, pero en los últimos tiempos han surgido otras enseñas que también han conseguido un cierto grado de penetración.
También se recomienda que la persona que opte por franquiciar cuente con una cierta experiencia en el mercado y sea capaz de transmitir a terceros sus conocimientos en la materia. Para ello es preciso que previamente lo haya experimentado de manera personal en su negocio.Y es que a la hora de franquiciar no se admiten las improvisaciones.
En los últimos años se ha hablado mucho de la franquicia como modelo de negocio a la hora de emprender, pero muy poco de aquellos que tienen una empresa y deciden compartirla con terceros para incrementar sus beneficios y mejorar su imagen de marca. Recordemos que además de ceder el sistema de negocio y un prestigio, también hay que facilitarle a los posibles franquiciados todos los medios necesarios para que su empresa salga adelante.