Gran parte de los autónomos que existen en España cotizan por la base mínima, ya que les permite pagar unas cuotas de autónomos más asequibles. Esto se debe a que en España los autónomos pueden elegir libremente la base de cotización. Sin embargo, existen muchas diferencias entre elegir la cotización máxima y mínima marcada por ley.
En muchas ocasiones, los trabajadores autónomos eligen este tipo de cotización a la Seguridad Social porque sus ingresos no les permiten asumir las cuotas que se deben de pagar si se eligen unas cotizaciones más altas. Pero, ¿qué consecuencias puede tiene cotizar por la base mínima?
Riesgos de cotizar por la base mínima
Uno de los primeros problemas de cotizar por la mínima aparece cuando un trabajador autónomo obtiene la baja por enfermedad. Aunque los autónomos tienen derecho a una prestación por enfermedad, esta prestación varía según la cotización realizada.
En el caso de las contingencias comunes, los autónomos reciben el 60% de la base mínima de cotización (944,40€) durante 21 días, y el 75%. Por otro lado, en el caso de las contingencias profesionales, se cobra el 75% desde el primer día. Esto se traduce en que si un autónomo se pone enfermo recibiría unos ingresos de 559€ y 699€ si cotiza por la base mínima.
También existe un riesgo de cotizar por la base mínima a la hora de cobrar el paro de los trabajadores autónomos. Cuanto menos coticemos, menores serán los ingresos que percibiremos en caso de que cese nuestra actividad como autónomos. Si elegimos una base de cotización mínima, nuestra prestación por desempleo como autónomos no llegará ni a los 600€.
Jubilación de autónomos con base de cotización mínima
Otro de los inconvenientes de de cotizar por la base mínima es la baja pensión que se obtiene cuando un autónomo se jubila. La pensión de los autónomos cuando se jubilan también depende de la base de cotización que se haya realizado durante su vida laboral.
Es por esto que la pensión media de jubilación de los trabajadores autónomos no llega a los 700€, aproximadamente 500€ menos que la media de los trabajadores, porque sus bases de cotización han sido mínimas. Por ello, es conveniente aumentar las bases de cotización acorde a los ingresos que se reciban, para conseguir una pensión lo más cercana al 100%.