La facilidad de aplazar el pago de las retenciones del IRPF ha tocado a su fin. Desde el 1 de enero de 2014, las empresas ya no podrán solicitar el aplazamiento de las retenciones a cuenta de los trabajadores.
Esta medida sustituye a una norma de la Agencia Tributaria del año 2009, por la cual se permitía el aplazamiento del pago de las retenciones de los trabajadores y profesionales. Una normativa que Hacienda aprobó como consecuencia de la crisis económica y para mitigar las dificultades por las cuales pasaban muchas empresas en nuestro país.
Ahora, la Agencia Tributaria cambia de idea y emite una nueva instrucción que acaba con el aplazamiento de las retenciones del IRPF. Hacienda justifica su decisión porque esta permisividad había provocado “cierta utilización fraudulenta de la figura del aplazamiento”.
De esta forma, a partir del 1 de enero de 2014 no se admitirán los aplazamientos, siguiendo la ley contra el fraude fiscal aprobada por el Gobierno en octubre de 2012.
Las empresas afectadas se enfrentan a una serie de consecuencias:
- Deberán abonar un recargo mínimo del 5%.
- Se exponen a sufrir el embargo de bienes por parte de Hacienda.
- No podrán acceder al aplazamiento de otros impuestos.
Aún así, la nueva norma contempla dos excepciones muy claras y que deberán justificarse con un informe específico:
- Que la empresa afectada carezca de medios suficientes para garantizar la deuda y se vea abocada, incluso, al embargo de sus bienes y a la paralización de su actividad.
- Que la negativa al aplazamiento ponga en riesgo la supervivencia de una gran empresa, cosa que perjudicaría los ingresos públicos.
Fuente: Cinco Días.