El IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) es el impuesto que cargamos en cada factura al cliente pero que no es nuestro, sino que lo recaudamos al cliente para dárselo posteriormente a Hacienda.
El porcentaje de IVA que debemos cargar en cada factura es fijo: el 21 % de la base imponible (por base imponible se entiende el valor neto de la factura). Todo este dinero se hace llegar a Hacienda a través de las liquidaciones trimestrales.
Sin embargo, hay una serie de actividades que están exentas de IVA o que tributan en diferente porcentaje.