El profesional autónomo está obligado a pagar una serie de impuestos como consecuencia de su desempeño comercial. Por ello, si estás ejerciendo una actividad profesional independiente es importante que conozcas al detalle cuál es la tributación y los impuestos que deberás abonar como autónomo, para evitar una posible sanción por parte de Hacienda, con los problemas que ello puede suponer para tu negocio.
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Los impuestos que paga un autónomo
En primer lugar, el autónomo deberá pagar a Hacienda una parte del IVA recaudado, que es lo que se conoce como IVA soportado (resultado de restar la cuantía del impuesto que hemos recaudado en nuestras facturas, a la sujeta en nuestros gastos).
El IVA como tal, no sale del bolsillo del autónomo o contribuyente, sino que simplemente se recauda y se mantiene en las cuentas del profesional hasta la siguiente declaración.
Cada tres meses se realizan una serie de declaraciones trimestrales, en las que se abona la diferencia de IVA declarando la cantidad en el modelo 303.
Dentro de los impuestos que paga un autónomo no podemos olvidar el IRPF, que se abona en la declaración anual de la renta, y en el caso de los profesionales independientes, también en las declaraciones trimestrales.
Existen distintas posibilidades para abonar el IRPF o retenciones a cuenta en función del tipo de actividad. Con carácter general, el autónomo retiene el impuesto en cada una de las facturas que emite con respecto a un porcentaje base. Los autónomos profesionales que no realizan una actividad empresarial como tal, deben estar sujetas a esta modalidad.
Sin embargo, en otras ocasiones en lugar de retenerlo en la factura deberás cumplimentar el modelo 130 y liquidar el 20% de los beneficios obtenidos a Hacienda en la consiguiente declaración trimestral.