Es importante saber cuánto es el máximo que se puede pagar en efectivo para evitar problemas importantes con la Agencia Tributaria, que puedan dar lugar a sospechas de fraudes financieros, algo por desgracia cada vez más frecuente.
Ser consciente de esta información es válido tanto para empresas como para particulares que deseen hacer transacciones en efectivo. Y es que, la regulación de la normativa vigente es muy estricta en este aspecto, en especial después de los episodios de fraude que hemos encontrado en los últimos años en el panorama español.
¿Existe un límite para pagar en efectivo?
Tal y como está la ley, 2500 € es el máximo que se puede pagar en efectivo y cuantías superiores serán susceptibles de penalización.
Esta medida va dirigida a contrarrestar los fraudes derivados de impagos del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), ya que muchos empresarios han preferido llevar a cabo sus transacciones con dinero en metálico para evitarse pagar el impuesto y hacerlo en la modalidad que se conoce como “en negro”.
Sin embargo, a final del pasado año en 2016, Cristóbal Montoro anunció un cambio con respecto a esta ley en la que la cantidad máxima se reduciría de 2500 a 1000 €.
Este Decreto Ley que será incluido en las novedades para autónomos de 2017, consideraría sujetos de infracción tanto al receptor como al pagador, en caso de cometer una sanción superando dicha cantidad en un pago en efectivo. Esto implicaría serios problemas tanto para el particular como para el empresario.
Para evitarte infracciones a la hora de recibir los pagos procedentes de tus facturas, te recomendamos otras modalidades de cobro más seguras como la transferencia bancaria, la tarjeta de crédito o en el caso de negocios online, módulos de TPV o PayPal.
Antes de recibir un pago, consulta la ley para conocer cuáles son las formas válidas y más reconocidas para ello. La seguridad tributaria de tu negocio es uno de los aspectos más importantes para la estabilidad de la empresa. De lo contrato puedes recibir sanciones de Hacienda que pueden afectar gravemente a la economía de la empresa.