Si bien es cierto que los préstamos ICO se nutren de fondos públicos, la tramitación de todas las operaciones para abrir una de estas líneas de crédito debe hacerse en las entidades bancarias autorizadas. Así pues, las garantías de este crédito también son determinadas por la entidad bancaría.
Muchos son los autónomos que han intentado solicitar un préstamo ICO y finalmente han optado por la autofinanciación de capital por parte de amigos y familiares; y es que aunque se trata de dinero público, hay que tener en cuenta que en un hipotético caso de impago, son las entidades bancarias las que responden ante el ICO. Así pues, teniendo en cuenta esto, no es extraño que el acceso a estos préstamos o líneas de crédito estén seguidas muy de cerca por las entidades bancarias, aunque muchas PYMES demandan menos control por parte de las entidades bancarias y más concesión de las líneas.
Todo esto significa que las condiciones serán interpuestas por los bancos, observando minuciosamente el riesgo que una empresa puede tener frente a situaciones de impago. Así, se establecen requisitos entre los que destacarán la generación de ingresos y la solvencia de la empresa.
Si bien es cierto que los puntos anteriores son decisivos a la hora de conceder una línea de préstamos ICO, también son importantes otros aspectos como por ejemplo la experiencia con el cliente en el tiempo en el que se lleve trabajando con él; y es que los bancos tienen interés en mantener relaciones a largo plazo. Aun así, muchos siguen siendo los que definitivamente optan por otras vías de financiación; y es que entre otros, se suele pedir un aval o incluso que el empresario avale su patrimonio o ahorros personales, algo que echa para atrás a muchísima gente.