¿Sabes cuánto vale tu empresa? Puede parecer una cuestión baladí, pero quizá se dé el caso en que una empresa más grande decida dar el paso y comprar nuestro negocio; o que un inversor quiera entrar en ella. Incluso si este escenario no entra en tus planes a corto plazo, siempre es interesante conocer el valor del negocio, pues se trata de un activo que tenemos, y nunca está de más conocer nuestro patrimonio. También es importante señalar que a menudo los dueños de cualquier negocio acostumbran a sobrevalorar su precio, algo que siempre es peligroso. Conoce cuánto vale tu negocio y cómo valorar tu empresa en los términos correctos.
Pasos para valorar tu empresa
¿Cómo poner precio a tu empresa? Hay una premisa básica en el mundo de los negocios según la cual un negocio vale lo que un comprador está dispuesto a pagar. Esto es aplicable tanto a tu empresa como a los productos o servicios que ofrezcas.
También es importante señalar que valor y precio no tienen por qué corresponder siempre. Es más, lo habitual es que difieren pues el concepto “precio” es mucho más subjetivo que el de valor. Tenemos cinco pasos o métodos para conocer el valor de nuestra empresa:
- Valor contable: no se trata solo de realizar un diagnóstico empresarial parte del balance de cuentas de la organización, y es uno de los más simples de utilizar. Eso sí, únicamente tenemos en cuenta el patrimonio de la empresa. Por una parte, se toman los activos de la organización (aportaciones de socios, bienes muebles e inmuebles, beneficios retenidos durante su actividad) y se restan los pasivos (las deudas de la empresa). Así, la fórmula activo-pasivo nos permite conocer el valor. Es un buen método para empresas que basan su negocio en bienes tangibles.
- Valor de liquidación: en este caso, lo que se hace es estimar el valor de la empresa en un momento determinado si todo el patrimonio se vendiese a precio de mercado. Para ello, se ajusta este precio a lo que dicta el mercado, sin tener en cuenta el coste de los activos que se puede haber visto alterado (hay bienes como la maquinaria que se devalúa, otros como el local pueden subir). Basta con sumar todos estos bienes para conocer el valor de liquidación.
- Múltiplo de ventas: se trata de un mecanismo que a menudo se utiliza para conocer el valor de las empresas tecnológicas. Se calcula multiplicando el dinero aportado por las ventas de una empresa por un coeficiente. La clave está precisamente en dicho coeficiente, que viene condicionado por un análisis previo de la actividad y el análisis de otras empresas con una actividad similar a la nuestra. Así, el valor que obtengamos puede extrapolarse al momento de la valoración.
- Valor de beneficios (PER): detrás de las siglas PER se esconde el concepto Price-to-Earnings Ratio, la relación de precio por ganancias. Si eres autónomo, quizá sea el medio que menos te interesa pues se aplica generalmente en empresas que cotizan en bolsa; pero puede ser un método que puedes adaptar a tu negocio. La fórmula PER = Precio / Beneficio por acción es bastante fácil de aplicar.
- Valor de los dividendos: como en el caso del PER, esta fórmula se aplica habitualmente en empresas que cuentan con acciones. Consiste en calcular el dividendo que aporta cada acción de la compañía y dividirlo por la rentabilidad que exigen los accionistas. Primero, habrá que tener en cuenta la rentabilidad mínima exigida por los accionistas; y segundo, una vez calculado el valor de cada acción en función de los dividendos podemos calcular el valor del negocio multiplicándolo por el número de acciones totales.
Estos son los cinco mecanismos más habituales a la hora de valorar nuestro negocio. Está claro que cada negocio es un mundo, y la valoración puede depender de aspectos como el sector o actividad al que nos dedicamos; pero conocer estos aspectos es fundamental para hacer una valoración lo más ajustada a la realidad del negocio.