¿Un autónomo puede externalizar tareas? Muchos trabajadores por cuenta propia consideran que no, que el outsourcing es cosa de grandes empresas. Es cierto que a menudo tenemos recursos limitados, pero el hecho de ser autónomos no tiene por qué impedirnos externalizar tareas. Al fin y al cabo, muchas veces dedicamos un tiempo precioso a la realización de una serie de tareas de las que podría ocuparse una tercera persona. Por eso, aprender a externalizar tareas es una de las claves del éxito de cualquier autónomo.
Qué es la externalización de tareas o outsourcing y cómo puede ayudarte como autónomo
La gestión del tiempo en el trabajo de los autónomos como de cualquier otro trabajador es muy importante. La externalización de tareas u outsourcing no es otra cosa que delegar recursos a otra empresa o profesional especializado en un proceso. De este modo, el autónomo optimiza la organización de su negocio. Hay varias razones para apostar por el outsourcing siendo autónomos, comenzando por la mejora en la calidad gracias a la especialización. Dejar una tarea en manos de un especialista nos debería garantizar mejores resultados que si lo hacemos nosotros. Este profesional lo hará más rápido, y nosotros nos podemos centrar en nuestro negocio.
Otra de las formas en que la externalización de tareas nos ayuda como autónomos es la reducción de costes. Podríamos decir que es una inversión que se rentabiliza rápidamente. Se minimizan los costes directos, que pasan a ser variables. También podemos hablar de la flexibilidad, pero si hay algo por lo que destaca es el mejor aprovechamiento del tiempo. Al dejar las tareas secundarias en manos de otros, podemos centrarnos en gestionar asuntos prioritarios y ganamos tiempo libre para el disfrute de nuestra vida personal.
Ejemplos de tareas que puedes externalizar siendo autónomo
Cuando se habla de outsourcing en autónomos, lo primero que nos viene a la cabeza es externalizar las tareas administrativas. ¿Tienes un asesor fiscal? Todos sabemos que la fiscalidad de un trabajador por cuenta propia es completamente diferente a la de cualquier otro ciudadano. Según los datos más de la mitad de autónomos cuenta con un asesor fiscal, y es que las tareas fiscales están entre las más externalizadas. Nos quitan mucho tiempo, son complejas y un asesor lo hará mejor que nosotros.
Algo parecido pasa con la gestión contable. Supone una importante inversión de tiempo, y no siempre tenemos los conocimientos adecuados para obtener los mejores resultados. Aquí tenemos dos opciones: acudir a un asesor contable o recurrir a los programas de facturación y contabilidad. El capítulo de tareas administrativas lo podemos cerrar con la protección de datos. Es un aspecto cada vez más importante, la normativa se ha endurecido, y cada vez es más común ver autónomos que externalizan esta cuestión.
Más allá de las tareas administrativas, nos encontramos con tareas técnicas que también podemos dejar en manos de un tercero. Uno de los ejemplos más evidentes es el diseño web, gráfico o corporativo. Tener una buena página web te ayudará a reforzar tu presencia online. Encargar el diseño y mantenimiento de la web a un programador te ofrecerá un resultado mucho más satisfactorio que si la diseñas tú mismo. A no ser que te dediques al diseño, esta es una tarea que nos llevará mucho tiempo y con la que ganamos recurriendo al outsourcing.
Lo mismo podemos decir del mantenimiento técnico. Otro ejemplo de tareas que puedes externalizar siendo autónomo es el mantenimiento de los recursos y tecnologías que empleas en tu día a día. Si en tu negocio utilizas máquinas, equipos informáticos u otros elementos que exijan ciertos cuidados, es preferible dejarlos en manos de un profesional. Cuando surja un problema, solo tienes que llamar al servicio de mantenimiento para solucionarlo. Lo que no podemos externalizar bajo ningún concepto son las tareas que forman parte de tu negocio. Si lo que dejas en manos de un tercero tendrá un impacto directo en el resultado, pierdes el control; y precisamente esas tareas son las que te permiten destacar sobre la competencia.