El Gobierno se encuentra ultimando los últimos detalles de la ley de segunda oportunidad, que recoge una serie de medidas pensadas en favorecer los intereses de los trabajadores autónomos que no hayan triunfado en sus anteriores proyectos empresariales. La intención es que se puedan librar lo antes posible de las cargas acumuladas y continúen con otros negocios.
Al igual que ocurre en otros países como Francia, lo que se busca es reconocer la labor de los emprendedores, para que no tiren la toalla tan rápido en caso de fracaso y pueden gozar de más oportunidades. Entre las propuestas que tiene en mente el Ejecutivo se encuentran una moratoria de hasta tres años en aquellas deudas que tengan contraídas los trabajadores por cuenta propia con la Seguridad Social y la Agencia Tributaria. De esa manera podría saldar sus deudas cuando empiecen a irle las cosas mejor.
Otra medida de apoyo a los autónomos que contempla esta ley de segundas oportunidades son las quitas parciales o totales en las deudas de los trabajadores por cuenta propia, además de establecer como inembargables un mínimo de las futuras rentas del autónomo. Ese límite podría ser una cantidad equivalente al Salario Mínimo Interprofesional, que en estos momentos se encuentra en los 648,6 euros mensuales. Muchos trabajadores por cuenta propia han atravesado situaciones muy delicadas porque están obligados a responder con sus bienes hasta que satisfagan su deuda.
La ley de segunda oportunidad es una vieja reivindicación de las distintas organizaciones de autónomos, que podría entrar en vigor a lo largo de este trimestre. Durante los últimos tiempos se ha comprobado que hay una menor mortalidad empresarial. En 2008, el 21,8% de los autónomos llevaba menos de un año con su proyecto empresarial, frente al 16,7% del año pasado. Presumen de ser el colectivo que está tirando del empleo, ya que en 2014 sumaron 75.465 cotizantes a la Seguridad Social.