La zombificación de la economía ha sido una de las consecuencias de la crisis socioeconómica derivada del coronavirus, y los trabajadores por cuenta propia no han sido una excepción. Es fácil que en los últimos tiempos hayas oído hablar de los autónomos zombies. Si recuerdas los tiempos previos a la COVID-19, la política económica se caracterizaba por la agresividad. En cambio, con el confinamiento de marzo de 2020 el gobierno reforzó el escudo social. Como los ERTE, las ayudas para autónomos han ayudado a minimizar el daño económico en muchas familias, pero tiene otras consecuencias.
Qué son los autónomos zombies
Los autónomos zombies son aquellos trabajadores por cuenta propia que siguen dados de alta como autónomos a la Seguridad Social pero solo se mantienen con las prestaciones públicas que reciben. No dejan de ser como un zombie de ciencia ficción: no están “muertos”, pues siguen registrados en la Seguridad Social como autónomos a priori activos; pero tampoco están “vivos” porque no tienen una actividad. Esta situación ha sido especialmente sensible en los momentos más duros de la pandemia, con muchas actividades cerradas (marzo-mayo de 2020, enero-febrero de 2021).
Conviene destacar que este fenómeno no es exclusivo de los autónomos, también hay empresas zombies que sobreviven a base de ayudas públicas con su actividad reducida a mínimos cuando no está paralizada. Eso sí, las similitudes entre autónomos zombies y empresas zombies son muchas, pues en ambos casos hablamos principalmente de pequeños negocios con una actividad inviable. La mayoría son microempresas que no llegan a 10 trabajadores, y los ingresos generados no permiten cubrir sus gastos financieros.
Cómo se han creado los autónomos zombies
Cuando el Gobierno decretó el confinamiento domiciliario en marzo de 2020, lanzó una serie de medidas para reforzar el escudo social y evitar que millones de españoles se quedasen sin ingresos de un día para otro. En el caso de los trabajadores por cuenta propia, lanzó un paquete de ayudas directas para autónomos. Una medida que muchas veces tuvo su réplica a nivel autonómico o incluso municipal. Así, los autónomos seguían conservando una pequeña fuente de ingresos. Estas ayudas serían el equivalente de los ERTEs para nuestro colectivo.
Sin embargo, la recuperación económica no ha sido igual para todos. Un trabajador por cuenta propia está en posición de debilidad frente a las grandes empresas. Además, los posteriores cierres de actividades no esenciales de finales de 2020 y principios de 2021 impidieron que muchos autónomos retomasen su actividad. Sin embargo, seguían recibiendo esas ayudas directas por cese de la actividad. Seguían siendo zombies, pero su futuro está más que comprometido cuando acaben esas ayudas.
¿Qué pasará con los autónomos zombies?
El futuro de estos autónomos es muy oscuro. Aunque el Gobierno y las diferentes administraciones han prorrogado repetidamente las ayudas, llegará el día en que estas desaparezcan. Es más, desde la Unión Europea se está pidiendo a los socios comunitarios que empiecen a retirar las medidas de estímulo a la economía. Así, el futuro de la mayoría de autónomos zombies pasa por su desaparición. La incertidumbre está pesando más que la continua relajación de medidas restrictivas del Gobierno central y autonómicos.
¿Tengo que devolver el dinero de las ayudas directas?
Una de las preguntas más habituales entre los autónomos zombies es qué pasa con las ayudas recibidas en caso de cese de la actividad. El Gobierno pretende liquidar a los autónomos y empresas zombies para acabar con esta zombificación de la economía. Por eso, habrá que justificar ante el órgano que concede las ayudas el mantenimiento de la actividad que da derecho a las mismas a 30 de junio de 2022. Si no es así, deberán devolver entre 4.000 y 200.000 euros en ayudas. Además, en verano se empezarán a comprobar las prestaciones del estado de alarma.