Seguro que más de una vez has oído hablar de fuentes de financiación alternativas para tu negocio como los business angels, las sociedades de capital riesgo o las triple F: Family, Fools and Friends que nos ayudan a dar nuestros primeros pasos como autónomo. Pero también podemos acceder a los préstamos participativos para autónomos, una modalidad de financiación que si bien apareció en la crisis financiera del ’96 están viviendo ahora su época dorada. Una forma de acceder al dinero que necesitamos para nuestro negocio que no deberíamos pasar por alto.
Qué es un préstamo participativo
Cuando solicitamos un préstamo convencional, por ejemplo a un banco, estamos sujetos a unos intereses. En el caso de los préstamos participativos, además del interés con el que se devuelve el dinero el prestamista recibe una participación en los beneficios de la empresa. Esto significa que el préstamo participativo se puede devolver según avance la empresa. Si en un plazo no hemos tenido beneficios suficientes, la cuota puede bajar. A pesar de ello, el objetivo de los préstamos participativos es promocionar empresas viables, con perspectivas de crecimiento.
En España, los préstamos participativos para autónomos están vinculados con ENISA, una empresa pública. Se trata de la Empresa Nacional de Innovación, SA y su objetivo es precisamente colaborar de forma activa en la financiación de proyectos innovadores. Cuenta con una línea específica para jóvenes emprendedores para proyectos de emprendedores de menos de 40 años, y otra que funciona igual pero sin límite de edad. Más allá de ENISA, hay entidades privadas que también ofrecen este tipo de préstamos.
Claves de los préstamos participativos para tu financiación como autónomo
Más allá del reparto de beneficios entre los prestamistas, el otro aspecto clave de este tipo de préstamos es que no exigen aval previo. Esto facilita considerablemente el acceso a los mismos para los emprendedores que no pueden acceder al aval. Vamos a descubrir las características de los préstamos participativos:
- Avales: no son necesarios
- Intereses: como en un préstamo convencional, los préstamos participativos están sujetos a unos intereses pero inferiores a los del préstamo que nos podría ofrecer un banco en condiciones normales. La razón es simple, pues a los prestamistas les interesa que el proyecto genere beneficios lo más rápido posible, pues así obtendrán una mayor parte de los mismos. Por eso, no es extraño encontrar préstamos participativos para autónomos con interés variable. Conviene resaltar que los intereses de estos préstamos son deducibles en el Impuesto de Sociedades.
- Deudas: si el proyecto que recibe el préstamo tiene una deuda, los beneficios se utilizan primero para el pago a los acreedores y más adelante se pagan los beneficios a los prestamistas. Por eso, las entidades que ofrecen el dinero asumen un riesgo elevado.
- Amortización: no hay un periodo de amortización libre, y el plazo de amortización es largo. En caso de querer adelantar la fecha de amortización, tendrás que compensarlo añadiendo al capital de la empresa el mismo monto que vas a devolver.
- Patrimonio: un último aspecto a tener en cuenta es que cuando recibimos el dinero del préstamo participativo, este se considera parte del patrimonio neto de la empresa en caso de liquidación del proyecto o de que se reduzca el capital.
De este modo, se considera que los préstamos participativos para autónomos son préstamos a largo plazo. La confianza generada en el prestamista es clave, de ahí que se necesita contar con un plan de negocio sólido, unas buenas perspectivas de crecimiento, etc. No es fácil acceder a los mismos, pero cuando accedemos al mismo tendremos un buen apoyo económico. Además, la imagen de tu proyecto como autónomo se verá sensiblemente reforzada.