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Seguro que uno de tus objetivos como trabajador autónomo es ofrecer el mejor servicio posible, y una forma de conseguirlo es proporcionando un buen embalaje para tus productos. No importa a qué sector se dedique tu empresa, una de las claves para que tu envío llegue en perfecto estado es embalar bien el producto para que cuando el cliente lo tenga en sus manos esté intacto. El resultado será un cliente más que satisfecho con su adquisición que no lo dudará dos veces a la hora de volver a recurrir a tus servicios.
La importancia del embalaje en tus envíos
Hoy en día es muy importante la logística en los ecommerce así como los envíos y el packaging. Por suerte, podemos elegir embalajes de todo tipo, desde un simple sobre de cartón a embalajes más grandes para productos de mayores dimensiones, envases para comida, etc. Si no embalamos bien los productos, es posible que le lleguen en mal estado al comprador, que evidentemente rechazará los envíos que le lleguen rotos, en mal estado, chafados o descompuestos y, decepcionado con su compra, no volverá a confiar en nosotros. Y no solo eso, no nos recomendará y nos hará publicidad negativa debido a su mala experiencia.
Pero más allá de la función protectora del embalaje, hay que tener en cuenta el factor estético, ya que un buen embalaje puede resultar muy atractivo para el cliente, hasta el punto de ser un factor determinante para que se decida a comprar el producto. Así, una caja de cartón para embalaje no solo protegerá el producto, sino que puede ser una razón más para comprarlo de forma que compensa de largo esa pequeña inversión que tendremos que hacer en el embalaje de nuestros productos.
Cómo elegir el mejor embalaje para tus productos
Cartón, plástico, film, espumas, sobres, acolchados… tenemos una gran variedad de opciones para elegir el embalaje de los productos de nuestro negocio, así que debemos saber cómo elegir el mejor embalaje para cada uno de ellos. En ello influyen diferentes factores, empezando por el propio producto que vamos a embalar y las necesidades que tiene. ¿Debe permanecer a una temperatura estable? ¿Es muy frágil? En este sentido, también hay que tener en cuenta el tipo de transporte y el medio en que viajará (no es lo mismo en tren que en motocicleta) y su destino final.
A la hora de elegir embalaje no puedes pasar por alto las condiciones ambientales. Ya hemos hablado de la temperatura, pero también debes valorar la humedad atmosférica e incluso la resistencia. Por último, deberás tener en cuenta las especificaciones del comprador, además de todo lo relacionado con el etiquetado del producto, en especial si vas a enviar el paquete a otro país que tenga una regulación distinta a la española. Según qué tipo de producto hayas vendido tendrás que indicar ciertos datos en el embalaje.
¿Qué más puede aportarte el embalaje?
También puedes aprovechar las oportunidades que nos ofrece el embalaje para añadir información extra de utilidad para tu cliente. El ejemplo más evidente es el de los alimentos: más allá de toda la información obligatoria puedes añadir en el embalaje ideas o sugerencias de recetas que se pueden preparar con esos alimentos, consejos de almacenamiento y conservación, etc. Pequeños detalles que refuerzan la relación con el cliente y le harán recurrir a tu negocio en sus próximas compras.
No olvides que el embalaje debe servir también para reforzar tu imagen de marca, puedes intentar que la marca o tu pequeño negocio se asocie a los colores del embalaje, o incluir el logotipo en el mismo. De esta forma, los clientes podrán identificar fácilmente tus productos y, si tienes tienda física, podrás exponer también el embalaje de cara al público, fomentando esa identificación de tu negocio con un producto en concreto, un embalaje en particular y ese logotipo o imagen de marca.