Con carácter general, los autónomos están obligados a realizar y presentar la declaración de la renta, a pesar de que existan ciertas exenciones a esta medida en algunos casos. La declaración de la renta de los autónomos es un resumen de los ingresos patrimoniales del profesional, para que el Estado pueda controlar y llevar una correcta contabilización de los impuestos y el dinero recaudado, como consecuencia de la actividad de sus contribuyentes.
Aunque muchos profesionales prefieren llevar el control de la contabilidad ellos mismos, la declaración de la renta de autónomos puede conllevar una serie de cálculos costosos y posibles errores que supongan sanciones por parte de Hacienda. De ahí la importancia de contar con el asesoramiento de una gestoría especializada.
¿Qué autónomos tienen obligación de hacer la declaración de la renta?
Pues bien, la legislación es clara al respecto, y obliga a hacer la declaración de la renta a todos aquellos autónomos que durante el pasado ejercicio fiscal obtuvieran más de 1.000 euros anuales. En esta cifra se incluyen los rendimientos del trabajo y de capital, todas aquellas actividades económicas que puedan influir en el cálculo y las ganancias patrimoniales del autónomo.
Sin embargo, como excepción si tu rendimiento neto no superó los 1.000 euros no estarías obligado a presentarla. Tal es el caso por ejemplo, de un profesional freelance que realizara servicios con carácter esporádico y cuyos ingresos no alcanzaran dicha cantidad.
También es importante tener en cuenta, que aquellos profesionales o contribuyentes que en el anterior ejercicio fiscal sufrieran pérdidas patrimoniales de una cifra igual o mayor a 500 euros anuales, estarán obligados a realizar la declaración de la renta para acreditar dichas actividades.
Aprende más acerca de cuáles son las diferencias entre las declaraciones trimestrales y anuales, para conocer en mayor profundidad aspectos clave y de vital importancia para cualquier profesional que desee realizar su actividad como autónomo.