Muchos autónomos de los que trabajan desde el hogar, tienen dudas acerca de poner su casa como lugar de trabajo, cuando no disponen de ningún local o despacho profesional acondicionado para ello.
En anteriores artículos hablábamos sobre cómo trabajar desde casa siendo autónomo y los tipos de servicios que pueden realizarse a distancia o incluso en modalidad de teletrabajo.
No hay que olvidar que internet y el desarrollo de la tecnología ha permitido nuevas formas de trabajo hasta ahora inexistentes, tal y como sucede con el community management o el posicionamiento web.
Ventajas e inconvenientes
En primer lugar, existen ideas de negocio para montar desde casa como autónomo, en estos casos Hacienda permite poner la dirección física de tu casa como la de facturación en el caso de trabajador autónomo.
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Para ello, deberás incluirla en los modelos de alta de autónomos para que en caso de una inspección o cualquier notificación tributaria, tu negocio resulte localizable para Hacienda y la Seguridad Social. En este caso, el domicilio fiscal y de facturación coincidirán.
Tus clientes y proveedores recibirán la dirección del hogar en cada una de las facturas, por esa razón muchos profesionales independientes que trabajan con distintas empresas optan por buscar un coworking o una solución a medida, por el tema de la privacidad que es uno de los inconvenientes más importantes.
Al igual sucede en el caso del “aviso legal” para los profesionales que disponen de web. La Ley obliga a que el domicilio fiscal aparezca de forma visible en la página, para posibles notificaciones, consultas etcétera.
Esto supone una pérdida de privacidad importante, ya que la dirección del hogar pasa a estar al alcance de cualquiera a través de Internet.
Gastos deducibles de vivienda
Pero también existen algunas ventajas de trabajar desde casa. El autónomo que trabaja desde casa, puede deducirse una serie de gastos proporcionales como la luz, el agua o los arrendamientos, en función de los metros de la vivienda que dedica a la actividad profesional.
Como ves, siempre puedes poner tu casa como lugar de trabajo, y el hecho de decidirte por esta solución puede resultarte más rentable y menos costosa, con la posibilidad de deducir algunos gastos del domicilio propio a la hora de pagar tus impuestos.