Hace unos días el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, anunciaba su intención de implantar una serie de reformas en el caso de salir reelegido máximo mandatario del país. Una de ellas es que la jornada laboral concluyese para todos a las 18 horas. Todo ello con intención de que los profesionales conciliasen mucho mejor la vida profesional con la familiar. De hecho, un último estudio demostró que el número de autónomos que trabajan más de 40 horas ha crecido.
No hay que olvidar que los españoles trabajan más horas que muchos de los europeos, pero su tasa de productividad también resulta inferior, sobre todo si se compara con Alemania o Bélgica. Distintos estudios han demostrado que los empleos más flexibles son los que obtienen mejores resultados y permiten al trabajador administrar su jornada. Es algo similar a lo que ocurre con los autónomos, que cuenta con una cierta libertad de horarios y para los que es más difícil controlar los horarios.
Algunas asociaciones de trabajadores por cuenta propia y emprendedores creen que esta medida nunca se podría implantar del todo entre los profesionales de este colectivo, aunque sí la consideran como beneficiosa. En el caso del pequeño comercio las jornadas laborales se modificarían por completo finalizando un poco antes. Lo de cerrar a las 8 o 9 de la noche sería historia.
También el sector servicios vería con buenos ojos la implantación de este nuevo horario que propone Rajoy. Al salir antes del trabajo podrían dedicar más tiempo a sus familias o al ocio sin que se les hiciera muy tarde por la noche. Al salir tan tarde de trabajar se considera que las grandes superficies salen beneficiadas, ya que cuentan con un horario de apertura más amplio. Sin embargo, con esta cierre a las 18 horas podrían conseguir más ventas el pequeño comercio.
El presidente de la patronal cree que resultaría sencillo implantar este cambio en el país, aunque esa transformación debería hacerse gradualmente y por medio de una negociación colectiva.