Las trabas y trámites burocráticos son algunas de las grandes demandas de los emprendedores a la hora de crear una empresa, pero también deberán enfrentarse a un coste muy elevado al constituir una sociedad. La inversión inicial dependerá del capital, recursos, empleados y otros factores, pero podría rondar en torno a los 4.000 euros.
Lo primero que debe decidir es la razón social, si decide montar una sociedad limitada o a través de la figura del autónomo. En cualquier caso el gasto se elevará hasta los 3.000 euros, aunque si es un autónomo es que la crea podrá disfrutar de desgravaciones y deducciones, por lo que le saldría más rentable.
Los trabajadores por cuenta propia deben abonar a la Seguridad Social una cuota de cotización mensual que rondará los 270 euros. Por su parte, los emprendedores que opten por la creación de la empresa a través de una sociedad limitada deberán añadir los costes de la notaría y de las escrituras en el Registro Mercantil. Se podría elevar el gasto otros 300 euros.
En el momento de constitución de una compañía también se exige a los emprendedores los certificados bancarios en donde aparezca el capital social preciso para la fundación de la empresa. El coste del registro de la propiedad intelectual de la firma también sumará otros 150 euros. Aquellos que opten por dejar la gestión en manos de una asesoría deberán hacer frente a un coste que rondará entre los 1.000 y los 2.000 euros en función de la razón social.
Antes de comenzar con su actividad empresarial, los trabajadores por cuenta propia necesitan cubrir una serie de impresos fiscales relacionados con el Impuesto de Bienes e Inmuebles del local, la apertura de tasas por licencia de actividad en el negocio, el Impuesto de Sociedades, el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) y otros impuestos.
Son unos cuantos gastos a tener en cuenta antes de comenzar con un proyecto empresarial.