Nadie duda de las carencias que sufren los países en vías de desarrollo en materia de sanidad. Un joven ingeniero español ha diseñado una incubadora de bajo coste, que resulta fácil de montar y de utilizar, por lo que se presenta como una opción muy útil para aquellos países que no cuenten con los suficientes recursos en materia económica o logística para contar con una incubadora. Éste es un ejemplo de idea de negocio social que puede ayudar a salvar muchas vidas.
El creador de este proyecto es el madrileño Alejandro Escario Méndez, que partió de cero y que contó con la colaboración del FabLab Madrid CEU, que se encuadra dentro de la red mundial de laboratorios del Center for Bits and Atoms del Massachusetts Institute of Technology.
El precio de una incubadora normal suele rondar entre los 5.300 y 53.200 euros, pero la creación de este joven apenas cuesta 266 euros. En África, uno de los continentes más afectados por la pobreza, su coste podría ser inferior ya que el precio de la madera no es tan alto como en Europa. Está previsto que dentro de unos días se envíe a la Maternidad de Nikki, en Benin, el prototipo de la incubadora desde la Universidad CEU San Pablo. Cuando se instale allí será el momento de comprobar su funcionamiento, además de posibles mejoras en su funcionamiento.
El aparato creado por este ingeniero madrileño cuenta con una estructura de madera, con piezas de plástico, a las que habría que añadir la parte electrónica, que se ocupará de calentar o enfriar el espacio interno, controlando en todo momento la humedad y la temperatura. El diseño de las patas fue uno de los grandes problemas a los que se enfrentó Escario Méndez, ya que debían facilitar la inclinación de la incubadora según las necesidades de cada recién nacido.