El autoempleo se ha convertido en la opción preferida por los españoles que no encuentran empleo por cuenta ajena. Durante los últimos años la cifra ha ido creciendo hasta rebasar los tres millones de trabajadores. Emprender nunca ha sido una tarea sencilla, y menos en España, donde los autónomos deben hacer frente a unas cargas tributarias y cotizaciones sociales que se encuentran por encima de la media europea.
Si nos comparamos con nuestros vecinos de Portugal comprobamos que ellos sólo pasan una vez al año por Hacienda y declaran el 24,5% de lo que ingresan anualmente, sin tener que abonar IVA o cotizaciones sociales. Poco tiene que ver la situación de los lusos con la de los españoles, en donde su cuota mensual asciende a 264,44 euros, además de los pagos periódicos de IVA e IRPF. Un estudio elaborado recientemente por la revista Forbes analizando el coste de ser autónomo deja a nuestro país en mal lugar.
En Francia las cuotas varías dependiendo de las ganancias, pero en cualquier caso cuentan con derecho a las tradicionales prestaciones sociales como son la jubilación, la asistencia sanitaria o la incapacidad temporal. También en función de los ingresos funciona en Italia, que por lo general ronda el 20%.
En países como Holanda se abona todos los meses una prima de 100 euros a modo de seguro privado, mientras que la cuota varía según los ingresos. En cuanto a la primera declaración de IRPF tarda cinco años en realizarse una vez que nos demos de alta en Hacienda.
El funcionamiento en Alemania es totalmente distinto. La cuota mensual alcanza los 300 euros mensuales, pero no hay obligación de pagarla cuando no se facture más de 1.700 euros mensuales. En el Reino Unido también dependerá de los que ingresen. Los que facturen entre 7.775 y 41.450 libras al mes abonarán a la Seguridad Social un 9% de los ingresos fijos anuales.
Para más información puedes consultar nuestro especial sobre ser autónomo en el extranjero.